Realidades

 

Son tantas las cosas que a tu lado no me eran propias,

tantas las realidades que se creaban en tu presencia

y tantas las que me desbordan en tu ausencia,

que cuando te presiento me pregunto,

¿quién soy yo?

    

Y ese era yo descubriéndome en tu mirada

reinventándome, sorprendiéndome,

soñando para mi una piel nueva

despertando entre tus manos,

abriéndose a tu caricia.

   

Y soy yo el que crece en el vacío

tratando de guardar el equilibrio,

el que sueña la realidad

y por momentos la crea,

el que se abre y vive.

 

 

 

Puerta cerrada

Hoy, que ya no estoy.

Hoy, que ya no estoy,

te dejo todo cuanto soy y cuanto he sido por ti y para ti,

el recuerdo de aquel día en que te presentí,

el de la primera palabra y aquella absurda llamada telefónica,

el de la primera cita y esos momentos compartidos,

las miradas, las caricias,

te dejo, preciosa, mi palabra

siempre presta a soñar contigo lo que no podía soñar.

Hoy, que ya no estoy en ti,

pues quizás nunca lo estuve,

te dejo mis flores, mis versos

y, acaso, mi mirada, prendida en la tuya

ya no sé si desde siempre,

te dejo mis te quieros,

dos pañuelos de seda y unas gargantillas,

el calor de mi piel,

mi paseo del Prado,

por donde siempre quise llevarte de la mano,

te dejo también

todos esos vinos que quise tomarme contigo,

esas sesiones de jazz en mis cafés de siempre,

esa música nuestra y mi amor por tu guitarra,

los viajes que no hicimos,

mi cama vacía

y tantos y tantos besos deseándote un buen día.

Hoy, mi niña, te dejo todo lo que soy.

Espuma entre tus dedos

Espuma entre tus dedos,
en cada pliegue, en cada valle,
flores de mar sobre tu piel,
vacío en ti
de muerte y de deseo,
que es vida y pasión.

Desnudo de mi,
vistiéndote de algas,
de espuma y caracolas
que cantan tu nombre,
mujer mía, preciosa,
caballito de mar sobre tu pecho,
marea inacabable de ternura
ajena a la mirada de la luna,
espuma sobre ti,
arena infinita
de esa playa mía
en la que muero.

Deslumbraste mi mirada

De pronto, la luna me mima
acariciando mi piel.

Memoria implacable que grita
con tu voz, quizás la mía,
soñando tiempos que ya no son,
que aún no han sido.
.........................................................................
Deslumbraste mi mirada
ansiando lo que soy,
pero sin nombre,
sin tiempo y sin futuro,
solamente piel y corazón.
.........................................................................
Volé en tu nombre
despojado de ataduras,
pintando cielos
sin penumbras, limpios,
sin nombres de plomo ni palabras vacías,
rompiendo silencios con miradas,
cantando caricias
y desplegando alas hechas de ternura
y hierbabuena, de menta y de cariño,
soplos de viento entre tus labios.

Quizás fue sólo mía
aquella luz, el aire aquel, ..., sí,
quizás los hiciste tuyos en un descuido,
como sin querer hacer,
esperando que la luna,
que nunca mira,
cumpliera sueños imposibles,
sin ti,
sin mí,
sin luz, sin aire ...

Ya sabes

Ya sabes, preciosa mía,,
que nada quiero de ti mas que a ti misma,
que no hay para mi mas hábito
que tu piel y tus cadencias,
tus labios, poesía sobre los míos,
tus cadenas, tus silencios,
el viento de tus noches
y el amanecer de tus deseos.
Y, condenado, como estoy,
a darte sueño tras sueño
todos los del mundo,
entre intuiciones,
cantos y cotidianas ansiedades,
permito que me pidas
tanto como ofreces darme,
pues no hay mayor regalo
que tu piel y tu mirada,
y a cambio seguiré haciendo tuyo todo mi tiempo
esperando que esa lucidez que te acompaña
responda, efecto incontenible,
a las causas que te emocionan,
esas que despiertan la piel en el tumulto de tu pasión,
sin mas liturgia que la que dicte tu deseo.

Cierto es

 

Cierto es
que no hay mas besos
que los que tu me ofreces.

Y cierto es también que anhelo cosas
que solamente tu cuerpo tibio
junto al mío puede darme.

Y es quizás por eso,
por tanto anhelo y tanto ofrecimiento,
que los vientos que nos agitan
nos permiten seguir en pie,
cediendo tan solo al ansia de nuestros abrazos
despojados de palabras y de versos,
estremecimiento que se nos hace entre las manos hábito.

Y puede que también por todo eso,
sea cierto que hay días en que todo pesa algo mas que de costumbre,
y son precisos besos que nos devuelvan a la vida
evocando la magia de esas miradas,
abismos infinitos,
a los que nos arrojamos,
rendidos,
entregados.

Descifrando claves

Conociendo las claves, descifraste todos los juegos secretos, incluso aquellos de los que nadie habla, aquellos de los que los susurros de la madrugada nada saben. Ofreciste compartir el opio que ilumina tus noches, las santas y las otras, o ¿quizás debí obviar las santas? No importa ¿verdad?

Quisiste otra piel. No era tuya. Pero la quisiste y nunca esperaste que nadie pudiera rechazar tu ofrecimiento.

Y no lo hice.

Y recorrí todos los ríos bebiendo tu sangre, esa que da vida a mis letras, zozobrando en cada noche y en cada esquina de los pensamientos acallados, tormento de nostalgias.

Y no lo hice en un ejercicio de voluntad cuajada de fatalidades y de ansia de supervivencia resignada a inmolarse en el ara de tu carne y de la mía. Perfumado de ti. Entregado y dominante. Descubriendo el vacío del enajenamiento en el otro, alimentados de palabras, tactos y miradas, donde todo se cumple en si mismo, ciclo esencial ajeno a todo cuanto no sea tu forma de reírme en los labios y la mía de soñar en tu vientre, limpiando de rastrojos el alma y mirando al fondo de ese abismo que somos.

Bajo una misma luna

Hilvanaste el mundo en un pañuelo entre Tangos y Nocturnos, Rapsodias y desconsuelos mientras yo, tu amante, te buscaba crucificando calles en las noches de La Habana.

Y no te hallé entre las rimas de ron con perfume a hierbabuena servido por labios que no eran los tuyos, ni entre las caricias con sabor a azúcar de caña, morenas y cálidas, que resbalaban sobre mi piel ajena a todo, perdida en ninguna parte mientras destejía realidades.

Hilvanaste mi palabra con la tuya, y, en las noches de luna, y en aquellas que la perdieron, en el malecón, brotaba en silencio clamoroso tu nombre de opio embriagando de versos ese mar rompiente, susurrante, cómplice, que envolvía mi piel hecha piedra allá en La Habana.

Fuego

Allá donde es fuego tu cuello,
ese que mi lengua aplaca en un instante
avivándolo al siguiente,
donde el tiempo se concentra y eterniza
en un aroma, una caricia,
la canción de tus gemidos,
en el universo de tu piel y de la mía,
seca la garganta de deseo
en ansia continua de tus besos,
allá donde nunca te he perdido,
me elevo entre tus sueños.

Deleite

Que no daría yo
por ese deleite de la piel,
de los sentidos,
por encontrar y sentir,
por compartir,
por inventar a cada instante
ese fuego inacabable
con olor a jazmín,
entre silencios, entre besos,
deteniéndome en la comisura de tus labios
en cada tierno rincón que te define,
en la poesía de tu cuerpo,
en la armonía de ese gozar tuyo,
en el rítmico vaivén de tus querencias.

Me desnudan tus ojos

Me desnudan tus ojos cada mañana,
cada instante en que una caricia
vuela en el espacio de tus sueños.

Me desnuda tu sonrisa, que ilumina el día
asombrando de belleza, de simplicidad,
todo cuanto soy y quiero ser.

Cada gesto o movimiento, la palabra,
el silencio, tu cabello, tus caderas,
esa curva, ¡toda tu!, me desnuda de mi mismo,
me limpia y me despoja de aquello que fui
esperando un beso, una caricia,
tu piel que siempre fue la mía.

Ese aire que es siempre verso

Quizás sea aquí donde soy quien soy,
donde me permito ser yo mismo,
sin prejuicios, sin ataduras ni complejos,
donde he comenzado a vivir
la vida que quiero vivir,
la que ahora me permito llevar a la realidad,
esa de todos los días,
donde un poema no es algo cotidiano.
No escribo para vivir,
ni vivo para escribir.
Vivo tal como escribo y escribo tal como vivo,
cada verso, cada palabra, es el aire que respiro,
y ese aire es siempre verso,
cada palabra, ilusión,
poesía cada sueño,
cada mirada, cada frase, pasión.

Tiempo sentimiento

De luz, pasión y viento me haces,
mientras de noches y días lleno
está el tiempo eterno en que te pienso,
ajeno a su medida,
congelado en cada instante.

Tiempo sentimiento, tiempo pasión.

Y vuelo de nuevo,
y sueño... libre,
gritando mudo palabras al viento que me alienta,
tu nombre verdadero, el sabor de tus besos,
el color de tu cabello mezclado con el mío,
el olor de tierra mojada que te envuelve,
esa en la que crezco,
y grito sordo, una vez mas, mientras me elevo,
sin mi cuerpo, sin el tuyo,
sin día, sin tiempo.

Y saldré de entre la sombra
buscando esas manos tuyas,
y reposando en tu pecho mi cabeza
abriré tus labios con los míos
insuflando en ellos el nombre de vida
que alimente tus sueños.

He visto

He visto un pensamiento abrazándome,
una montaña de ternura creciendo sobre mi piel desnuda,
mares inmensos de pasados desolados
rompiendo a mis pies agarrados, enraizados,
en esta tierra que somos todos nosotros
perdida en el universo de una mirada.

Quisiera mirar en tus ojos

Quisiera mirar en tus ojos
y buscar en ellos los míos,
cubrirte toda de viento
y despertarte en mi orilla,
quisiera... pero no puedo.

Quisiera tantas cosas
que no basta la palabra,
que no basta una caricia,
y ya la magia no es capaz
de hallar esa poción
que te fije en la mirada,
ese remedio que te envuelva
en la niebla de la memoria
cuando siempre adivino
cada gesto, cada aliento,
y me pierdo en el desvelo,
en la añoranza de tu cuerpo,
y olas de deseo visten de sal
cada herida, cada pensamiento.

Quisiera mirar en tus ojos
quisiera... pero no puedo.

Luz

Aire ardiente
envolviendo tu cuerpo,
incendiándote
de deseo y pasión en
tardes eternas de sol.

Son hilos de luz
que van tejiendo sueños,
lunas de agua,
de plata y de mares
siempre velados en ti.

Son lágrimas de
deseo deslizándose,
seda por tu piel.
Son tus sueños y los míos
compartiendo tu cuerpo.

Estelas de luz
surcan mi tez sembrada
por dedos de agua
y de ternura, de amor,
inocencia y deseo.

Espuma

Espuma de mar y caracolas
deja tu lengua recorriendo la playa de mi piel,
rompiendo de tus manos olas de deseo sobre mi vientre
adornado de algas y corales.
Altivo caballo marino erguido entre tus labios,
profundo mar de vida
rojo y azul
entre tus piernas y las mías.

¡Siente!

Desnúdame ya
sin esperar a nada
Esconde mi piel
entre la tuya. ¡Siente!
y sacia mi deseo

Háblame de ti

Háblame de ti,
de tus sueños cuando me miras,
cuéntame de tu piel, de sus colores,
sonríe para mí y dime lo que sientes.

Deja que vuele tu mirada
entre el viento que me empuja,
y llena de pasión el sonido de tu guitarra.
Para mí, sólo para mí.

Háblame de ese mar que eres
y que rompe entre mis brazos
vistiéndonos de espuma.

Envuelve con tus labios los míos
y con tu aliento
rescátame de la angustia de tu ausencia.

Te buscaron mis manos

Te buscaron mis manos
y, por ti, cambió mi olor de primavera.

Me crecieron flores,
e inventé palabras nuevas
para decirte lo que todos saben,
lo que tu ya sabes,
esas palabras de siempre, pero nuevas,
recién imaginadas para ti,
con letras hilvanando caricias,
urdiendo juegos con tus labios,
desatando con los míos tus pasiones.
Letras y palabras como pétalos,
suaves, tiernos, sugerentes,
en tu nuca, en tu cuello,
labios como flores deslizándose
en esas curvas que te adornan,
turbando tus sentidos,
bebiendo de tus fuentes.

Te buscaron mis manos y mis labios,
te buscaron mis ojos, te buscó mi aliento,
y fue tuyo mi tiempo y el deseo de vivirlo.

Siempre

Siempre lo fuiste,
no podías ser otra cosa.
Desbordante agua de vida,
tu y yo, la misma, una sola,
gota sobre gota creando,
tallando a fuerza de constancia
ese paisaje de belleza
que somos,
que es cada caricia,
cada momento de ternura,
cada instante de fuego y de pasión,
las palabras dichas,
tus miradas y las mías,
ese deseo tuyo,
yo, que soy deseo.

Que otra posibilidad

Que otra posibilidad,
atardeciendo, niña, me dejas,
que la de ser amando.
Que otra cosa, vida mía,
es la vida que amar,
y amando, ser.
Que otra cosa he de hacer
que, contigo, romper todos los límites,
quebrar cualquier frontera,
descubrir toda tu piel
robar todos tus besos,
ser tu paisaje,
tu fuego, tu cobijo.

Ya no sueño

Ya no sueño.

Soy cristal entre tus manos,
frágil, imposible,
a veces transparente,
otras traslucido.

Soy lo que tu quieras que sea,
yo mismo, dúctil y maleable, si,
yo mismo, desnudo o vestido de besos,
fuerte si tu lo quieres,
tiempo presente imaginando
los sueños que no tengo,
creando fantasías de emoción,
caricias, voz y, sobre todo, palabra.

Sombras

Sombras sobre el balcón
te penetran lenta, suavemente,
cubriendo sentimientos, ahogándolos.

Sombras en mi mano
cubren líneas de palabras retorcidas
otorgándoles sentidos no buscados pero ciertos.

Palabras, como siempre, presentes,
verdaderas o falsas, queridas, anheladas,
palabras que desatan pensamientos,
cuñas que provocan deleite, sufrimiento.

Dolor cierto, presente, irrevocable,
consecuencia, o no, de la penumbra que cae sobre las palabras,
lugar de encuentro de aquellas que cubren tus deseos y los apagan,
dolor de sombras compañero.

Destino

No tengo más cuerpo que el tuyo

ni mas cielo que tu piel.

Respiro tu aliento

y es vida,

me pierdo en tu memoria,

que es la mía,

respondo a tu llamada,

es el destino,

leo en tus manos mi futuro

y son tus labios mi presente,

tu vientre mi casa,

mi perdición tu ausencia.

Vértigo

Abres una ventana en tu vida,
te asomas,
y ves como el asfalto sube hacia ti
instalándote en el vértigo,
derramándote en el vacío,
al tiempo que cristalizan
tus miedos y deseos
abriendo tus entrañas,
y los pájaros y las flores
acompañan tu caída,
y tu descubrimiento,
una vez mas, del dolor,
de la transformación,
la perdida y la desolación,
camino hacia el centro de ti mismo,
hacia el centro de la nada,
y tiendes la mano
queriendo cerrar esa ventana,
volver el tiempo atrás
y hacer dormir los fantasmas
que te empujan a enfrentarte
con los demonios del pensamiento y del deseo
mientras todos los colores del mundo
viran al rojo.

Descúbreme

Descúbreme en tu piel
y deja que yo te encuentre,
que sople sobre ti
los besos que me crecen,
que sacie en tu cintura
el hambre que me hiere
y explore junto a ti
la furia que me envuelve.

Implacable

De mi mismo me desnuda
implacable tu ausencia
dejándome vacío de mi sangre y de mi aliento,
siempre tuyos,
y ya no es mía mi mirada,
y embargada tienes hasta mí palabra,
que sólo sabe nombrarte,
como tuyo es también el tiempo
que se aquieta prendido de tus labios
y se acelera tan solo con tus besos.

Peregrina

Nada te pregunto, de nada dudo.

¡Sé quién eres!

Palabra y volcán

rompiendo mi piel a golpe de deseo,

peregrina de mi sexo,

carcelera de mi cuerpo,

de mis ansias y mis besos.

Pídeme

Pídeme el antes y el después
mi aliento y mi palabra
mis impulsos, mi latido,
esa forma de mirar que a ti te gusta,
(que es casi tuya),
mis despertares y, si quieres,
hasta mis sueños.
Pídeme lo poco o mucho que yo soy,
pero déjame tu piel a cambio.


Y romperé todas tus fronteras
destrozando a besos las barreras,
descubriendo con insaciables caricias
todas esas tierras tuyas vírgenes de mí,
nombrándote una y mil veces
con palabras de deseo y de pasión.

En rojo y oro

Dulce, suavemente,

en rojo y oro te imagino,

soñándote piel con piel desnuda para mi,

cubierta de amapolas,

de noche vestida,

y de viento,

que la luna te recorre indecisa

marcándome caminos de nubes,

arriba y abajo en tu cuerpo,

cuerpo dorado y tierno

que se alza surgiendo nuevo de entre la tierra,

en rojo y oro,

y de plata la luna, en raso y negra la noche,

de luz y fuego contenidos, tus ojos,

oscuro y repetido rumor que inunda

sensación a sensación,

todo cuanto soy,

rompiendo entre mis manos

clamor de besos y suspiros

que saturan el aire de tu perfume,

aroma antiguo, deseado.

Necesidad

En mis frondas te quiero mujer,
vidas sin sol, sin cielo,
oscura celda alfombrada de piel
y espasmos.
Necesidad imperiosa de tomarte
y acabarme en ti.

Llave de luz y viento

¿Cual era la llave
de luz y viento?

¿Cual la palabra justa
que hasta ti llegaba?

Escondido sendero,
laberinto imaginado,
calzada alfombrada
de pensamientos y deseos,
color remoto
de noche arcana,
luz y agua,
viento, arena y sol.

El estremecimiento de la belleza

Como hablar de la belleza y la emoción,

fugitivo sol naranja granate sobre la tierra,

hojas caídas que devuelven su luz, tu luz,

reverberando en el fondo de tus ojos,

soledad disuelta, fundida en el todo.

Como no sentir que la fuerza se te escapa

abierta ventana poro a poro,

corriendo junto a la vida que te envuelve,

ese sordo rumor que te llama y te hace suyo

devolviéndote a tu ser antes de que la noche caiga.

Rompe entonces esa música, ¿recuerdas?, toda defensa

iluminando la recobrada soledad azul profundo

de tus horas recogidas,

surgiendo de nuevo el estremecimiento de la belleza

frágil y poderosa de la vida.

Ansiedad

Ansiedad en tu mirada.

Un estremecimiento hace temblar tu pecho

mientras una gota de sudor se desliza por tu vientre.

Mi dedo, ansioso, la sigue marcando un sendero

que se rompe entre mis labios,

extremos arrebatados del sentir

buscando ese dulce sabor ardiente,

lava que inunda mi boca provocando.

Y mi piel busca la tuya

recorriendo de nuevo el camino,

abrasando tactos,

hasta encontrar tus ojos,

y uno se hacen el sentimiento, la emoción y el deseo,

fundidas las miradas.

Me has roto la palabra

Me has roto la palabra, siempre pronta
a explicártelo todo,
y la has llenado de silencios.

Y ahora son ellos, los míos, los que hablan,
los que no callan,
y son ellos los que te gritan y te llaman,
los que te miman y te cantan.

Y se pierde la palabra entre silencio y silencio,
entre mirada y mirada,
laberinto de sensaciones, respetos,
miedos y sentimientos.

Y desde él se me vuelve signo
en papel y tinta labrada,
que desde el silencio me brota
clamorosa entre las manos,
y te busca,
y te habla.

Saltan los colores

Saltan los colores de tu piel
deshabitando la carne
hasta llegar a mi estrechez
donde un matiz de sueños
se alza en la noche...

“Escrito por Enigmática”



Buscan los colores de mi vida
la tuya en mi paleta,
profundizando, hundiéndose
en el sueño que compone la noche
en mi lienzo.

Colores

Saltan los colores de mi mano
y se estrellan duros, impíos, contra el papel
profanando su blancura.

Se buscan entre ellos, se acechan,
y se asaltan luchando unos con otros
buscando dominar en terrible,
angustiosa combinación.

Brotan luces que otras,
mas tenues, mas sordas, se esfuerzan en apagar
y entre llamas surge la pasión
apartando las cenizas que la cubren,
y aparece entonces ese oscuro, escondido
sentimiento.

Mariposas

Vuelan mariposas de sangre y de deseo
sobre tu vientre amante,
oculto cáliz de néctar y ambrosia,
vientre nacarado, terso, acogedor.

Vuelan mariposas, miradas tiernas, lúbricas,
manos que buscan, que descubren y poseen,
sentidos exacerbados que se vuelcan en tu piel
y en tus entrañas.

Me hago silencio

Recorro tu piel
de arena y viento
descubriéndote,
y en cada oasis
me hago silencio.


Cada momento es un misterio, algo mágico,
cada caricia una obra de arte,
cada deseo una propuesta de vida,
tu piel mi paisaje, mi hogar,
y yo, viento en tus labios.

Dos caras de un mismo sueño

Sabes, percibo
tus manos sobre mi piel,
quizás soñando,
pero soñar es vida,
es anhelo, ilusión.


Besos en mi piel
acaso fueron sueños,
vanos recuerdos,
viento en mis mejillas,
palabras, humo, nada.

Me duelo

Me duelo al soñarte despojada de tus velos,
uno tras otro arrojados a mis pies.

Ansia de ser contigo uno
devorado entre tus muslos,
pétalos ardientes que se cierran
atrapándome incauto,
envenenándome con ese aroma tuyo,
esencia gota a gota destilada
sofocando mis sentidos.

Me duelo de nostalgia y de deseo
imaginándome dormir para soñarte después.

Y se pierde la fruta de tu vientre
entre mis dedos,
perezosos en todos los rincones de tu cuerpo
mientras tus brazos envuelven mi cabeza
aturdida, rendida entre tus pechos
amantes, asesinos que cautivan mi ilusión
arrancándome del tiempo.

Para ti, otra vez, .....

Escuchando susurrar las estrellas de Calanda ....


Llegó en la noche tu voz
rompiendo soledades
amasadas de polvo y llanto
imagen de mi mismo,
y, cálida, quebró el espejo
dispersando sus reflejos, absorbiéndolos,
polvo y llanto.
Y en la noche sólo ella permanece
y con ella, tú.

Me golpean las palabras

Me golpean las palabras,
no las busco, salen solas.

Me golpean y me abren
brotando de mí
una tras otra
ellas solas,
arrastrando sentimientos,
vibrando, gozando,
viviendo y muriendo
ellas solas.

Me golpean las palabras,
me golpean, me arrastran, me poseen,
las palabras,
ellas solas.

Para ti ....

Busca mi mirada tu deseo
y mis manos se te ofrecen.

Pétalo a pétalo te desnudan
y recorren
descubriendo tu piel frutal.

Y es mi mirada tacto,
y mi boca son los ojos
que te revelan,
acarician y muerden,
que te besan y devoran,
que beben de tus fuentes
y ponen nombre
a cada estrella de tu noche.

Deseo

Deseo tu deseo
consumiéndome en tus labios,
floreciendo,
llenando tu boca y tu vientre de azucenas.

Flores para tí

Flores para tí
de amor y belleza,
palabras, rosas,
claveles, margaritas,
amapolas y lilas.

Sueño flores

Sueño flores en tu pelo
memoria de caricias y deseo,
en silencio,
recorrido de mis manos en penumbra
buscando asir la fuente de todo lo que eres,
sintiendo tu piel estremecida,
en silencio,
querencia de tu cuerpo,
espejo donde el mío se desnuda y se refleja.

Con tu mirada

Con tu mirada
hechizaste mis ojos.
En un momento
transformaste mi mundo
y me hiciste tuyo.


Soñaste vida,
si, y me encontraste.
Soñé la vida,
pero, despertándome,
floreciste para mi.

Tanka: poema escrito en dos estrofas seguidas sin interrupción con silabización 5-7-5-7-7- (treinta y una sílabas japonesas)